En el libro “18 Años de Gobiernos Panistas en Jalisco/Siete Ensayos Académicos”, editado por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, el Maestro Juan María Naveja de Anda, en su ensayo “Comunicación social y gobiernos panistas en Jalisco”, nos presenta una radiografía general de la libertad de expresión y la comunicación social antes y durante los gobiernos de extracción blanquiazul.
Naveja de Anda refiere que antes de la llegada del PAN al poder, la red de controles en los medios de comunicación se sentía en todas partes: a los periódicos se les controlaba con el papel y la publicidad, a los electrónicos con la sombra de las concesiones. Por ello una de las aspiraciones de medios y comunicadores con la llegada de la oposición al gobierno federal y a los estados de la República era precisamente que terminaran los controles, que se avanzara a la verdadera libertad de expresión.
Reconoce que si bien en esos 18 años quedaron muchas asignaturas pendientes en materia de comunicación en el gobierno y en los propios medios, la gran aportación fue la libertad con que trabajaron periodistas, opinadores, caricaturistas, conductores de programas y medios, que en general expresaron lo que quisieron, no pocas veces, sin sustento y desde la víscera.
La gran aportación de los gobiernos panistas en materia de comunicación social fue el respeto a la libertad de expresión y a la independencia de los medios. No hubo casos de chantaje o presión para evitar que se dijera o publicara nada. El comunicador enfatiza que no existe constancia de que los ex gobernadores Cárdenas Jiménez, Ramírez Acuña o González Márquez hubieran invadido el terreno exclusivo de los medios; no incurrieron en pedir al reportero a modo para retirar al incómodo; no invadieron la política editorial para sugerir los temas o los contenidos, acciones frecuentes en los gobiernos anteriores.
Pero las cosas no se limitaron al plano local, no cabe duda que Presidente alguno fue tan criticado o acusado como ocurrió con Vicente Fox y más aún con Felipe Calderón. Dos de los propósitos básicos para una oficina de comunicación es la difusión de la obra de gobierno en todas sus expresiones y presentar lo mejor posible la imagen del gobernante y sus colaboradores. En ese sentido, asegura el autor, el saldo de los tres gobiernos estatales es muy aceptable.